La poda se puede definir como la supresión de cualquier parte de la planta (hojas, ramas, etc) realizado según el criterio del jardinero con el fin de obtener un resultado determinado en lo referente a seguridad, salud, estética o productividad de la planta.

En principio las plantas no necesitan de la poda. En la naturaleza las plantas viven y se perpetúan perfectamente sin necesidad de ella. Nosotros las podamos para que se adapten a nuestros gustos o necesidades: para que den más flores o más bonitas, tengan una forma o tamaño determinado, no sean peligrosas, etc. Es mucho mas estético favorecer el porte natural de las especies vegetales.
Por lo tanto toda poda persigue un objetivo y para conseguirlo, la poda tiene una serie de técnicas adecuadas, unas son generales y otras concretas según la especie.
Si se plantara en condiciones racionales se reduciría estas labores muy costosas para las arcas municipales.
La poda se entiende como método de regulación del crecimiento de los árboles, un proceso que estas estatuas naturales realizan por un proceso automático hasta que maduran y no crecen más. Hacerlo de una forma indiscriminada altera la forma del árbol, debilita las ramas y se multiplica su riesgo potencial de desprenderse.
Plantar bien para podar menos. El árbol correcto en el sitio correcto.
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